Necesidad
Surge la necesidad de generar nuevos modelos de oferta y demanda que se ajusten a la actual situación socioeconómica y sanitaria.
Viviendas más que accesibles: viviendas usables que garanticen una vida independiente y plena.
Surge la necesidad de generar nuevos modelos de oferta y demanda que se ajusten a la actual situación socioeconómica y sanitaria.
La vivienda, un bien usable, amable, práctico y funcional.
¿Como lograr que sea un producto/servicio accesible monetaria y arquitectónicamente?
¿Como unir viabilidad, accesibilidad, usabilidad y universalidad como derecho humano?
Compartimos, en todos los sentidos, estas palabras de uno de los impulsores de la vida independiente en Europa. Primero unos datos para que le conozcáis un poco mejor.
Adolf es un referente internacional del Movimiento de Vida Independiente y de lucha por los derechos de las personas con diversidad funcional. Director y fundador del Independent Living Institute (ILI) de Suecia, miembro del Consejo del Swedish Ombudsman on Disability Issues desde 1994, fundador y miembro de la ejecutiva de la Stockholm Cooperative for Independent Living (STIL) y miembro del World Institute on Disability (Oakland – California) desde 1985. Es también uno de los fundadores de la European Network on Independent Living (ENIL) y Secretario del Comité para la Vida Independiente de la Disabled People’s International (DPI). (Congresovidaindependiente.es/adolf-ratzka/)
Muchos creen que necesitamos un cuidado especial, tierno y amoroso por parte de muchas personas con batas blancas. Cuanto más discapacitados somos, más enfermos estamos ante los ojos de nuestro entorno y más formación profesional necesitan las personas que tienen a su cargo la tarea de cuidarnos. De esta manera, la sociedad ha entregado a los profesionales el control de nuestras vidas. Muchos de nosotros hemos sido criados con la creencia de que un médico o un trabajador social es el mejor calificado para tomar decisiones sobre nuestras vidas. Cuanto más poder atribuimos a la persona de la bata blanca, menos creemos en nuestra propia fuerza. Es hora de que lleguemos a una evaluación realista de lo que otras personas pueden hacer por nosotros y de lo que podemos hacer nosotros por nosotros mismos. Es hora de que recuperemos el poder que hemos entregado a los profesionales.
Los servicios, como el transporte o la asistencia, suelen estar diseñados, controlados y gestionados por profesionales no discapacitados. Estas personas, por muy bien intencionadas que sean, simplemente no pueden comprender nuestras necesidades, estilos de vida y aspiraciones como nosotros. Como resultado, vemos sistemas de paratránsito que funcionan de lunes a viernes, como si no tuviéramos necesidad de salir de casa los fines de semana. Vemos esquemas de asistencia personal que brindan servicios solo dentro de los límites políticos de nuestras comunidades, como si nunca tuviéramos la necesidad de cruzar los límites de la ciudad. Si dejamos el diseño y el control de dichos servicios a otras personas, no debería sorprendernos que presenten soluciones que se ajusten a las necesidades de sus burocracias existentes en lugar de a las nuestras.
Según el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, como el resto, las personas con diversidad funcional deben tener la oportunidad de elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir, en igualdad de condiciones con las demás, y no se vean obligadas a vivir con arreglo a un sistema de vida específico, así como el acceso a una variedad de servicios de asistencia domiciliaria, incluida la asistencia personal que sea necesaria para facilitar su existencia y su inclusión en la comunidad y para evitar su aislamiento o separación de ésta. Es decir, tenemos el derecho a vivir de forma independiente y a ser incluidas en la comunidad. Y nada mejor que la Asistencia Personal para ejercer ese legítimo derecho, que descompuesto en aquello que implica, abarca la totalidad de los aspectos de la vida diaria.
La Asistencia Personal es una herramienta de incidencia transversal, garante de Derechos Humanos.
Os compartimos un artículo de nuestros compañeros Mamen y Juanjo en el que reivindican junto con nuestra asociación VIVA que la asistencia personal y la vida independiente en Extremadura para que nuestra región sea más abierta, justa, equitativa y se ajuste a las directivas y políticas europeas en material de diversidad funcional. Ellos y nosotros solo queremos dejar de sobrevivir para empezar a vivir con dignidad.
Nuestra reflexión sobre el artículo de Antonio Centeno en la OVI Bcn:
Un gobierno supuestamente progresista blanqueando, justificando, alentando y fomentando el incumplimiento sistemático de los derechos humanos, es decir la institucionalización, pero eso sí según Sánchez nuestra economía va bien, estamos en un “estado del bienestar” debe de ser ese el concepto que nuestro todavía presidente tiene, hacer residencias divinas, esplendorosas y “cuquis”, o sea caca con purpurina, pero igual de sucia y mal oliente.
¿Quién está detrás de VIVA: Vida Independiente en Viviendas Asistidas? VIVA lo forman, José Alfonso López, Luis Fernando Sánchez-Moreno y Carmen del Campo.